De nuevo en la Bodega Adolfo y tras vaciarnos una caja de cervezas nos soplamos unos aperitivos de allá de León: cecina, quesos, embutidos, morcilla, un chorizo rabioso de la leche, callos, y por fin un marmitako espectacular acompañado de un buen caldo turbio de los de por allá. Estuvimos Los Siete Magníficos de ESO y Bach. Buenos orujillos y postres, ah y Amparo, que al final se llama Victoria.
Una foto de recuerdo tomada por Víctor. Testigo del hecho, la sarten vacía.
Nos vemos el 12 para una noche de brujería con queimada incluída.